Hace poco me dijeron que
huelo a bosque.
Que huelo a correr por el campo.
Que huelo a sentarse al lado de la chimenea a leer cuentos de hadas.
Que huelo a otoño. Que soy como un árbol de otoño al que se le caen las hojas naranjas.
Que huelo a home.
Las hojas de un árbol que lo da todo, para hacer una alfombra sobre la que caminar sin calcetines y sentirse en casa; un regalo de naranjas.
ReplyDelete¿Y si fuera verdad? ¿Y si también olieras a playa? Los poetas se lo inventan todo, sus palabras sólo son una mentira bonita, pero ni ellos saben cuándo dicen la verdad.
Yo creo, a pesar de todo, que este tenía razón.
Tú hueles a sonrisas en el césped, a mañanas soleadas, a rodillas, a poesía y a una tarde de playa junto a una casa azul.
Delete